Recientemente se ha anunciado que el coliseo porteño, el autódromo Oscar y Juan Gálvez, recibirá una serie de reformas, en aras de recibir al Moto GP en 2027 y eventualmente poder traer de regreso a la Formula 1.
Detrás del proyecto se encuentra Orly, Terranova, Felipe Mc Gough, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Liberty Media y Tilke.

Si bien, suena genial traer a las máximas categorías del deporte motor mundial, nuevamente a nuestro país, muchos creen que el precio a pagar será muy caro, dado que, con la reforma se eliminaran lugares históricos de la pista, incluso, el mítico circuito N° 12, el que habitualmente utiliza el Turismo Carretera, dejara de existir tal como lo conocemos.

Un ejemplo de ello, es que la ya clásica “S” del ciervo, dejara de existir y dará lugar un dibujo completamente nuevo, que desembocara en el curvon Salotto. También recibirá modificaciones la chicana de Ascari.
Incluso, según algunos de los planos del proyecto, desaparecería la tribuna numero 15, la que habitualmente recibe a la hinchada de Chevrolet y que le da nombre a la misma.

Y ahora nos toca preguntarnos. ¿son buenos todos estos cambios? El argentino, en general, es reacio a los cambios, como se vio con la llegada del Toyota o de los nuevos modelos al turismo carretera, sin embargo, no se puede vivir del pasado.
Las categorías mundiales, han evolucionado muchísimo y requieren ciertos cambios para poder decir presente, aunque esto implique modificar algo de la historia de nuestro automovilismo.
Si bien entendemos que las personas detrás del proyecto son gente capaz, quizá sea bueno, llamar a consenso de otros sectores, como los pilotos de las categorías nacionales, para tratar de encontrar el mejor dibujo posible que permita traer a las categorías internacionales, sin borrar con el codo mas de 70 años de historia.

Por otra parte, esto, al menos por ahora es tan solo un proyecto, y, conociendo nuestra historia, existen muchas posibilidades que se que en eso, un proyecto.