En Amor por los Fierros amamos los autos, ¡sino no nos llamaríamos así! Sin embargo, eso nos llevó a preguntarnos: ¿existen los fierros odiados? La respuesta no es tan sencilla. En temas de amor y odio, pesa mucho el sentimiento personal: lo que uno ama, otro puede odiarlo. Por ejemplo, un fanático de Chevrolet probablemente odie al Falcon.
Sin embargo, hay autos que, por diferentes motivos, se han ganado un desprecio más generalizado. Por eso hoy, sin un orden particular, hacemos un repaso de los autos menos queridos por los argentinos (¡»odiados» nos pareció demasiado fuerte!).
Ford Galaxy y Renault 9: ¿Zapatos muy grandes?

Comenzamos con el Ford Galaxy, fruto de la unión Ford-Volkswagen en Autolatina. El Galaxy, segunda generación del Santana brasileño, vino a ocupar el lugar dejado por el Falcon y el Sierra. Pero nació viejo: mecánica anticuada, poca tecnología y una falta clara de identidad, hicieron que no enamorara a nadie.
Algo similar pasó con el Renault 9, que muchos vieron como el heredero del exitoso Renault 12. Aunque su equipamiento era mejor, su confiabilidad mecánica no estuvo a la altura, lo que le ganó detractores. Si bien se vendió relativamente bien, no pasó a la historia como uno de los modelos más amados del rombo.

Fiat Regatta, Volkswagen Pointer y Chevrolet Aveo: historias que no terminaron bien

El Fiat Regatta, hermano mayor del Duna, ofrecía más confort y tecnología… pero sin mejorar la confiabilidad. Además, sus repuestos eran caros y difíciles de conseguir, por lo que muchos lo dejaron de lado.
El Volkswagen Pointer, basado en el Escort de Ford, también sufrió las consecuencias de Autolatina. Su corta producción y problemas de calidad lo convirtieron en un modelo complicado de mantener.
Más reciente, el Chevrolet Aveo ganó mala fama por su baja seguridad. Aunque pretendía ser el sucesor del Corsa Classic, nunca logró enamorar a los usuarios y fue apodado el «ataúd con ruedas».

El insólito caso del Ford Falcon 4 cilindros

Cerramos con un clásico: el Ford Falcon… pero en su polémica versión de 4 cilindros.
A principios de los 80, buscando reducir el consumo de combustible, Ford Argentina reemplazó el robusto motor de 6 cilindros por el 2.3 del Taunus. ¿Resultado? Un motor menos potente, más gastador y un auto aún más pesado. Esta mala combinación hizo que el Falcon 4 cilindros fuera uno de los modelos más criticados de la historia nacional.
