La nueva adaptación de El Eternauta volvió a despertar el interés cultural en Argentina, como lo hiciera por primera vez en 1957, cuando se publicó originalmente en la revista Hora Cero. Ahora, con su llegada a la popular plataforma de la «N» roja, no solo se generaron debates sobre su fidelidad a la obra original, sino también una sorpresa inesperada para los amantes de los fierros: la notable presencia de autos clásicos a lo largo de toda la serie.
Más allá del debate político, del reparto o del tono de la historia, lo que llamó la atención del público fierrero fue la elección de vehículos que, curiosamente, siguen funcionando mientras todo lo demás colapsa. Esto se debe, según explica uno de los personajes, Faballi, a un Pulso Electromagnético (PEM) que afectó a los autos modernos cargados de microchips, pero no a los clásicos con mecánicas más simples. Como ya había adelantado Tej Parker en Rápidos y Furiosos 7, los autos sin electrónica son los verdaderos sobrevivientes.
A continuación, repasamos algunos de los autos clásicos más destacados que aparecen en la serie, en orden de aparición. Si todavía no terminaste de verla, no te preocupes: evitamos los spoilers más importantes.
IKA Estanciera: el SUV pionero de Argentina

La aventura comienza con una IKA Estanciera, el primer SUV argentino, que es uno de los vehículos clave cuando empieza la nevada. Producida por Industrias Kaiser Argentina entre 1957 y 1970, esta rural tenía motores de seis cilindros, primero de origen Continental y luego de Torino. Para un escenario apocalíptico, su mecánica simple y confiable la convierte en una gran elección. Aunque muchos creen que es un diseño nacional, en realidad es la versión local de la Willys Station Wagon estadounidense.
Dodge Serie D y Renault 12 Breck: confiables hasta el fin

Otro de los grandes momentos de la serie es la aparición de una Dodge Serie D con caja de madera, funcionando sin problemas mientras otros vehículos modernos quedan inutilizados. Fabricada en San Justo, esta pick-up compitió con las Ford F-100 y Chevrolet C. También fue producida bajo las marcas Fargo y De Soto, aunque la vista en la serie claramente es una Dodge, gracias a su característica parrilla en cruz.

Más adelante, los protagonistas se encuentran con un Renault 12 Breck, la versión rural del mítico R12. Lanzado en 1973, con mayor potencia y refuerzos en la suspensión trasera, este modelo resulta ideal para soportar las exigencias del terreno postapocalíptico. Un vehículo robusto, confiable y con buen espacio de carga.
Citroën Mehari, Torino y la inolvidable F100

Uno de los vehículos más queridos que aparece y acompaña durante buena parte de la trama es el Citroën Mehari. Contrario a la creencia popular, no está basado en el 2CV, sino en el Dyane 6. Ligero, simple y resistente, su nombre hace referencia a una especie de camello, y fue pensado para atravesar desiertos, lo cual encaja perfectamente con su rol en la serie.

El Torino, símbolo indiscutido de la industria automotriz argentina, también tiene su momento estelar. El modelo elegido es de la etapa IKA, antes de que Renault tomara el control. Como ya se ha dicho, es la versión Pininfarina del Rambler American 1964, rediseñada para ofrecer un producto de lujo nacional.

Finalmente, la querida Ford F100 entra en escena en uno de los momentos más intensos. Aunque se presenta como un vehículo abandonado, sigue funcionando, lista para enfrentar cualquier desafío. Representa el espíritu del campo argentino y la resistencia rural. Eso sí, su consumo podría ser un problema si no encontrás una estación de servicio cerca.
Un guiño histórico con el Ford Falcon
Casi como un detalle escondido, aparece un Ford Falcon rural de fines de los 60. Sin embargo, su rol es más decorativo que funcional. Esta elección parece intencional, ya que el autor de El Eternauta, Héctor Germán Oesterheld, fue víctima del terrorismo de Estado durante la última dictadura militar. El Falcon, tristemente asociado al accionar represivo, hubiera sido una presencia polémica si se lo mostraba con protagonismo.
¿Qué auto elegirías para sobrevivir al fin del mundo?
Este repaso dejó afuera muchos vehículos que también merecen su análisis, como los autos militares o el mítico “Moby Dick”. Si te interesa, podríamos hacer una segunda parte con más datos sobre autos e historietas.
Y vos, ¿qué clásico elegirías para sobrevivir a un apocalipsis? Te leemos en los comentarios.